Tenía 6 años la primera vez que fui consciente del miedo. La oscuridad inundaba mi habitación. Me aterraba. Me daba miedo la nada y que ese vacío que se escondía en la oscuridad me tragase viva.
A partir de ahí, el miedo creció junto a mí. Mientras yo me ataba las agujetas, el miedo aprendía a desatarlas. El miedo reconoció conmigo que la vida estaba bañada de aquella oscuridad que alguna vez temió, solo que ahora tenía que encontrar nuevas formas de huir de ella.
El problema es que el miedo comenzó a concebir todo como un peligro. Cuando yo corría, le gritaba a mis piernas que iban tarde o, por el contrario, que podían lastimarse. Cuando la compañía de alguien me rozaba los dedos, el miedo me enseñó a huir. Cuando llovía fuera de mí, el miedo acomodó una jaula con todo lo que necesitaba. Así no tendría que salir nunca.
Pero el miedo se equivocó. Tuve que salir.
A veces creo que nací con miedo y que, en realidad, soy más miedo que persona. No concibo ni recuerdo la vida sin el miedo a mi lado. Es la relación más larga y duradera que he tenido, pero también la más tóxica.
Verás. El miedo duerme a mi lado, pero nunca descansa. Vive en constante estado de alerta. Por si la oscuridad nos alcanza. Por si me dañan.
Esa es la excusa del miedo. Quiere protegerme. Sin embargo, en el proceso me limita.
Para el miedo todo es un posible peligro. Hasta aquello que podría ayudarme. Así pase de temerle a la oscuridad a tener miedos más profundos.
Me aterra la compañía y no ser suficiente para la otra persona. Supongo que el miedo me obligó a huir en tantas ocasiones que ahora no sé cómo dejar que me amen.
Me da miedo ser una carga. Sentir que para el otro solo soy un obstáculo. Supongo que viví tanto tiempo encerrada en mi jaula que hoy pienso que yo sola puedo. Contra todos y con todo.
Le tengo pánico a ser percibida. No solo a que me vean sino a que sepan que existo. El miedo me convirtió en vigilante de mi propia existencia y ahora todo parece demasiado serio. Demasiado crucial.
Me da miedo que no me amen como necesito ser amada. Me paraliza crecer. Me aterra que me quieran. Me da miedo soltar y decir adiós. Hacer nuevas amistades y que me conozcan.
¿Y si me atrevo a que me conozcan y nadie me ve realmente?
¿Y si quieren entrar a mi vida solo para lastimarme?
Me da miedo tener tanto miedo.
Pero creo que he descubierto algo nuevo. Mi miedo también tiene miedo.
Por eso siempre me cuestiona. Cuando decide por mí, piensa genuinamente que me protege. En muchas ocasiones no lo hace. Solo me encierra.
Ese es el problema. He dejado que me encierre. He dejado que hable por mí, que piense por mí, que siente por mí. No es su trabajo. Sí. El miedo está para cuidarme del peligro, pero le he dado más carga de la que necesita.
Hace dos noches, me me fui a dormir junto al miedo. Se acostó a mi lado como de costumbre. Sin embargo, por primera vez le sostuve la mano. Rompió a llorar y se acurrucó entre mis brazos. Hace dos noches, mi miedo descanso por primera vez.
Ayer me atreví a tomar las riendas de mi vida y salí de mi jaula. El miedo se quedo en casa. Yo viví. Yo vivo y el miedo también lo hace, pero ya no por mí.
Con amor, Blanca.
Oye, si tu también tienes muchos miedos
Quizás sea el momento para aventurarte e incomodarte. Eso es el club de escritura Un jardín propio. Una oportunidad para conectar con tu escritora interior y a su vez, con tu verdad.
El miedo nos aleja de esa verdad. Sin embargo, es necesario conocerla y apropiarla para acercarnos a esa vida que tanto deseamos vivir.
El club NO es para todas las personas. Solo para aquellas valientes y con el coraje suficiente para incomodarse y ver frente a frente, la verdad que nos conforma.
Cada mes trabajamos un tema de escritura diferente a través de distintas herramientas:
☀️ Un Taller de escritura en vivo + q&A de 90 minutos.
🍄 Una Cápsula creativa con ejercicios y ejemplos para profundizar el tema del mes.
🌈 Un Reto de escritura de 7 días para poner en acción la teoría aprendida.
🪴 Una comunidad para compartir nuestro jardín interior.
Ya somos más de 25 mujeres de toda Hispanoamérica en el club y todas tenemos el coraje para observarnos en nuestra escritura.
Dentro del espacio del club existen todas las clases que necesitas para profundizar y mejorar en tu escritura. Desde trainings grabados hasta retos de journaling.
Y lo mejor de todo es que al ser una membresía puedes unirte cuando y desde donde quieras. El club comienza la primera semana de cada mes (si es que quieres estar en vivo en todas las actividades). Así que estás a tiempo para sumarte.
¿Te veo ahí?
¿O no te atreves?
🖤 pareciera que me leo en cada cosa que escribes. Es una delicia leerte. Quisiera poder expresarme de esa manera. Gracias.
❤️🩹