Tengo muchos miedos y saberme olvidada por tus labios es uno de ellos. Soy egoísta, pienso. Quiero rondarte en la cabeza siempre porque en tus ojos me siento vista y hoy, más que nunca, necesito que me recuerden que estoy aquí. Entonces, me siento a escribirte. A pensarte. Porque cuando el mundo parece perdido puedo concentrarme en tu sonrisa para recordar que debo respirar. Tengo que respirar, pienso, pero no puedo.
No puedo, me digo, porque aquí sentada frente al ordenador solo puedo pensar en la muerte. En lo efímera, jodida e injusta que es la vida.
La vida, me doy cuenta, es algo de lo que me olvido a menudo. Te olvidas de vivirla hasta que una noticia te enfrenta a ella. Hasta que pronuncian la palabra que más temes a través del celular, entre sollozos, y lo único que puedes pensar es: por favor, no puedes olvidarla, Dios. No ahora.
Te das cuenta entonces que la vida tiende de un hilo invisible y a veces solo basta un soplido para romperlo. En otras ocasiones basta con una enfermedad.
Te preguntas:
¿Por qué la vida es tan injusta?
¿Por qué a las personas buenas les suceden cosas malas?
¿Por qué a ella?
¿Por qué?
¿Por qué?
Y olvidas. Olvidas el futuro que habías planeado porque de repente el presente es lo único que importa. Olvidas el miedo porque ahora toca luchar y aferrarte a la vida con las uñas si hace falta. Por ella, pero también por ti.
Pero también recuerdas. Recuerdas que la vida es mucho más que el sufrimiento. Recuerdas que la vida te ha escogido para acompañarla. Recuerdas que la vida es mucho más que esto. Entonces, te sientas frente al ordenador y te das cuenta que si la vida te pasa, solo deseas que no te olviden.
No me olvides, por favor. Cualquier cosa menos eso.
Mi lema es: la vida es una poesía 🥲
Un fuerte abrazo Blanca 💗