“I´m not a poet, I´m just a woman” - Amy March.
Soy solo una mujer que ama y es esa quizás mi carga. Mi oxígeno. Mi pluma.
Amar para una poeta es comprender a la grandeza que es el amor, es intentar encontrar un verso que tenga las palabras exactas para describir lo que siento cuando te veo o como mi estómago, que vive enloquecido, se apacigua cuando tu voz me habla.
No soy poeta solo soy una mujer, me digo.
Pero acaso, ¿No son todas las mujeres poetas?
Con esa forma tan peculiar de derramar su sangre para que el otro beba.
Con esa manera de partir el pan para que todos coman y de convertir cada ocasión en un banquete. Acaso, ¿No es eso la poesía?
Es dar al otro una expresión de vida. De amor. De dolor. De perdón.
¿No es eso la poesía?
Embellezar la vida incluso cuando la putrefacción le pisa los talones.
No soy una poeta, soy solo una mujer que ama como si el oxígeno se escapase de sus labios entonces intenta atraparlo en otros lados. En las letras. En dos cuerpos abrazados. En el hielo del olvido. En unos labios.
Soy solo una mujer que siente como si su sensibilidad fuese parte física de su cuerpo. Soy, entonces también, una mujer que siente y luego escribe o a veces escribe y siente todo al mismo tiempo. Es ese mi castigo, pienso. Ver a la poesía en todas partes. No como un sustantivo sino como un adjetivo que habita el mundo.
Vivir poéticamente.
Amar poéticamente.
Ser poética.
No soy una poeta, soy solo una mujer que duele. Que cose sus heridas frente al espejo y luego escupe en el papel lo que no comprende porque, en realidad, no comprende nada y eso le aterra. No comprende el dolor que le habita ni la ansiedad que le muerde las uñas. Entonces, solo escribe.
Oh, pero cuando amo. Amor, cuando amo soy una mujer que escribe poesía en cada esquina de sus miedos. No porque me crea más grande que ellos sino porque el amor me sostiene la mano y pienso que quizás, solo quizás, puedo comerme al mundo entero.
¿No es eso la poesía?
Sostener una mano amiga, desconocida y ajena en medio de un cementerio o a la mitad de un parto.
Creo en la poesía como una forma de vivir, de suspirar al odio para luego inhalar el recuerdo de una canción.
Creo también que ser mujer es habitar a la poesía en cada paso. Es murmurar al silencio en una página, limpiar las lágrimas de la otra y transformarlas en enojo.
Hay poesía en cada marcha donde una madre sigue en busca de su hija sin importar cuanto tiempo pase. Hay poesía en medio de un baño cuando sostienes el cabello de tu amiga y le limpias el vomito de los labios. Hay poesía en una abuela cosiendo. En la estación del bus donde una persona pide monedas. En la cárcel. En el psiquiátrico. En la suciedad. En la muerte.
Ser mujer es intrínsecamente nacer poeta. Así que si eres amado por una poeta nunca morirás y eso, eso un milagro.
Cuéntame, ¿Qué te pareció el texto de hoy?. Te leo en los comentarios. Gracias por siempre leerme.
Con amor, Blanca.
Para poetas torturadas:
Este domingo 27 de octubre de 10 am a 12:30 pm (Hora GMT-6) estaré impartiendo un taller online de escritura inspirado en The Tortured Poets Department de Taylor Swift. Es un espacio de poesía, sensibilidad y complicidad. Eres bienvenida.


Que hermosoooo, venía pensando y sintiendo esto, tu lo expresaste de forma maravillosa, gracias por compartir tu poética forma de ver la vida ❤️
Que lindoooo💖