Advertencia: estás a punto de leer mis pensamientos más íntimos y genuinos. Así que prosigue con cuidado entre estos escombros.
Aquí, sentada entre personas que amo y me aman, no puedo evitar pensar en lo sola y desconectada que me siento de todos. Intento, como de costumbre, escuchar y asentir, pero simplemente no me importa. Ese es el problema. Nada importa.
En la mayoría de mis relaciones soy la cuidadora. La que escucha. Da consejos. Está presente. El problema es que me cansé de serlo. Estoy harta. Simplemente me cansé de dar y no recibir, pero al mismo tiempo me siento horrible por esperar de otros algo que sé con certeza no pueden darme.
Estoy tan necesitada de afecto que es patético. Imploro atención, pero no sé dejarme querer y cuidar. Soy una loca del control. Quizás mi error es intentar buscar un culpable cuando el problema soy yo.
Me quejo constantemente por no ser amada lo suficiente, pero tan pronto alguien quiere acercarse a mí, huyo y grito que me dejen a solas. Patético.
En los últimos meses me he sentido fastidiada por todo. Todos me aburren. Nada me despierta. Supongo que he sido un basurero emocional por tanto tiempo que ahora estoy entumecida. ¿Por qué me cuesta tanto ser feliz con lo que tengo?
Nada nunca me llena. Nada parece suficiente. Entonces me enojo y me encierro en mi burbuja envés de salir al mundo a conocer todo lo que tiene por enseñarme. Decido, muy conscientemente, quejarme de la vida tranquila y linda que tengo. De la gente que me ama. Del trabajo maravillo que poseo. Todo porque no consigo sentirme plena en mi propia vida.
Quizás soy egoísta. No. Corrección. Soy egoísta. Vivo demasiado en mi cabeza y me preocupo por mis sentimientos. Es más, ahora solo me preocupan los míos. Antes (hace 5 meses) solía poner a los demás sobre mí. Ahora ya no me interesa nadie más que no sea yo y me siento como la peor persona en este planeta por decirlo en voz alta o, en este caso, escribirlo.
Ya ni siquiera puedo ocultar mi desinterés. Pase tanto tiempo enmascarada y dispuesta a actuar un rol autoimpuesto que ahora simplemente no quiero ser o hacer para los demás. Solo para mí. ¿Me convierte eso en mala persona?
Quizás sí. Quizás sí soy mala amiga, mala hija, mala mujer y honestamente, tampoco me importa. Quizás solo soy una mala persona por permitirme sentir todo, incluso lo feo, pero creo que justo eso me hace humana.
Con amor, Blanca.
¡Me ha encantado! Sentí que estaba leyendo mis propios pensamientos y creo que a veces está bien dejarse ser la mala del cuento un rato.
Me he sentido exactamente igual, cuestionandome si soy una mala persona o no.